Lo vuestro, como lo de todos, no era algo que duraría eternamente, sino que se mantuvo vivo por pensarlo. El tiempo pasó, como pasa para todos, os descubrió que nada queda en pie si se ha olvidado suficiente.
Os parecía, como les parece a todos, que nadie sintió más, ni siquiera igual, pero es mentira, porque el tiempo pasa y lo atenúan otras caricias. Sin embargo, las caricias se acaban, como todo lo que gusta, y solo queda ningún fallo y todo bueno en el recuerdo.
De pronto, la oportunidad. Tú, ella y un gran recuerdo. Vais a lanzaros y todo va a ser, como mínimo, perfecto. ...porque tú y ella erais perfectos, porque no habían problemas, sino tonterías, porque nadie te hizo sentir mejor, porque los dos os dijisteis un día que, pasara lo que pasara, volveríais a estar juntos.
De pronto, no os conocéis. Una leve timidez os quiere hacer creer que habéis gastado los últimos cinco años echándoos de menos, pero los besos ya no saben igual, porque, irremediablemente, el tiempo te curó de ella y a ella de ti, como lo cura todo, y veis que no sois nada distinto de los otros.