martes, 23 de agosto de 2016

Reapariciones

Estaba en esos días en que la vida pesa y me paré a esperar el rumbo que perdí. Alguien pasó. Yo no lo vi. Volví a casa sin miedo, pero sin calma. Necesitaba una ducha y estar sola, así que lo hice: nada de toallas. ¡Qué absurdas me han parecido siempre! Desnuda, empapada, un rastro de huellas y a las sábanas. ¡Qué fresco! ¡Qué libre en tan poco espacio!

La ventana abierta, las piernas abiertas, los brazos abiertos, seguramente la boca abierta. Nada sexy, solo esperaba el irremediable sueño. Dormí como después de una gran dosis y desperté sabiendo que abría los ojos al día en que la vida había vuelto. Fui a maquillarme.

Duró lo de siempre, duró lo que su mundo en despertar. Duró lo que a un loco la cordura, lo que a un hombre la libertad. Entonces me abrió el alma y echó un vistazo. ...debió descolocarlo todo, porque de nuevo alguien pasó, como pasaba siempre. Alguien que no vi, alguien con mi rumbo a cuestas.