sábado, 17 de diciembre de 2016

:)

Os he visto muchas veces. No sois más feas, ni más tontas, ni más antipáticas, pero menos tampoco.
Os he visto muchas veces. No soportáis al resto, aunque no os hicieron nada.
Os he analizado a fondo y soy mujer, así que me hago una idea.

Resulta que es bastante guapa y que, además, no contenta con eso, tiene una personalidad que engancha. Ningún chico va a saber decirte qué hace que la prefieran a ella, porque al igual que a ti cuando la observas, algo les atrae, algo que no se ve a simple vista.

Supongamos que tu novio la mira, la mira como mira a todas las demás, pero tú eres quien a ella la ve distinta. Supongamos también que confías en tu novio, pero confías con esa confianza de saber que conoces muchas parejas en las que de manera sistemática entran más de dos personas.

Pongamos que, aunque eres joven y te consideras avanzada, en tu cabeza siguen muchas reglas del machismo, así que el odio lo diriges a aquella que solo quiere ir mona (como tú), que le gusta gustar (como a ti) y que va rodeada de gente (como a ti te gustaría).

No vas a odiar a quien le gusta porque es bonita, ni a quien babea porque la ropa le queda maravillosamente bien, no tiene sentido. No tiene sentido, porque es normal que cualquiera fije la mirada cuando pasa, de hecho, te pasa a ti y no te gustan las mujeres.

Frente a esto, la ilógica más pura te hará pensar que lo que no es normal entonces es que ella vaya así, porque sabe que la mirarán y sabe que tu novio va a fijarse, por lo tanto, ella, que tiene el joystick de todos los ojos masculinos, es una puta. Punto.

Ya sabemos, pues, que la fidelidad está difícil, que el odio siempre lo dirigimos hacia la pobre chica que, simplemente, sin pedirlo, nació atrapada en el físico que queréis y que le hará ganarse el odio de tantas a las que ni conoce. Sabemos también que vuestra confianza desaparece, porque habéis vinculado toda vuestra vida a ser "mejor que", "la mejor de" y "la más de".

Como sabemos tantas cosas y como no sois conscientes de lo absurda que resulta vuestra actitud, aquí va esto:

Si eres incapaz de reunir en un mismo lugar a tu novio y cualquier chica, cambia de novio, no la eches a ella. Te digo que cambies de novio porque no ha conseguido que te lo creas ni que te sientas mejor que cualquiera a su lado. Ya encontrarás al que se eche fotos con "las mejores que", "las mejores de" y "las más de" sin importarte.

Si te molesta cómo viste una chica cuando pasa por delante del chico que te gusta, ve a buscar otro, gira tú la cabeza, porque a lo mejor estás perdiendo de vista al que te mira mientras tú la miras a ella, al que se ha fijado en que tú estás guapa despeinada y no en lo corto de su falda.

Si no puedes ser amiga de alguien porque la ves muy guapa y eso te cabrea, siéntate. No te cabrea que sea más guapa que tú, tú vales mucho, pero lo que ocurre es que te aterra. Te aterra que ir a su lado te haga invisible y te aterra darte cuenta de que liga mucho y tú sigues igual. Tú eres tú, ella es ella, tú no eres estrecha y ella no es puta.

Siéntate y habla contigo sobre si, verdaderamente, lo más importante de tu vida es gustar a los chicos y eliminar del camino a las que lo ponen difícil, o si lo importante del camino es que mires por dentro a las personas y te rodees de los que valen la pena, sean guapas o feas, pero que te quieran y te hagan sentir grande.

Una no pierde la confianza por voluntad propia, sino por comentarios, por escenas que ha visto, por la cultura que lleva incrustada y por la sociedad en que se ha educado. Echa todo eso fuera y limítate a querer hasta que te quieran.