lunes, 3 de diciembre de 2018

¿Ya habéis estado al lado?

Tras un largo día, ha vuelto a casa.
La fatiga del trabajo,
lo que no le gusta de su jefe,
la rutina y el salario escaso.

Tras un largo día, yo esperando.
La nostalgia del pasado,
lo que duele darse cuenta,
la duda y -a la par- la certeza.

Un pequeño choque
de "todos tuvimos un mal día"
se produjo de abrir la puerta
hasta llegar a la cocina.

Lo de siempre.
Indiferente.
Yo al lápiz,
él al portátil.

Así.
Casi
nada.
.

Hoy he notado
cómo se ha sentado al lado.
El hueco del sofá
se me ha marcado en el estómago.

Pesaba más que la ausencia de habla.
Leve movimiento a la derecha,
no vaya a ser que nos rocemos
y sea evidente esta brecha.

De un tiempo a esta parte se anunció el fin
dentro de los dorados muros de un horrible jardín.
Mas yo siempre cambié la tierra,
regué las plantas, sané sus gritas.

Sin embargo, aquellas plantas...
Cada una diferente:
unas lucían como tú,
otras eran yo totalmente.

Ahora sé
-por un jardinero más ducho que yo-
que no todas las plantas
tienen la misma sed.