jueves, 16 de diciembre de 2010

En seguida




¡Qué bonita fecha! ¡Qué gran ambiente! ¡Cuánto color para un tiempo tan frío! ¡La música en las calles! ¡El olor a castañas por Gran Vía! ¡La sonrisa de la gente en las colas! ¡Los anuncios de bombones! ¡Papá Noël colgado del balcón! ¡Las galletas en la ventana para los Reyes Magos! ¡Las grandes cenas familiares! ¡Los pequeños pastores en la iglesia! ¡Las campanadas con Belén Esteban...!


Preciosa la fecha. La fecha de borregos encaminados a la multitud, a la aglomeración de las masas echadas a la calle para disfrutar de esta fiesta comercial.

Un "ambientazo" en las discotecas, donde ahora pagaremos el triple por el garrafón, en las cenas de clase, porque es Navidad, en los belenes a plena calle, porque es Navidad. Navidad de gente que observa lleno de monedas el portal, ¿para quién? En los bares se sortearán regalos si consumes, ¡un premio por las fabulosas drogas legales! sí señor, y mientras en las carreteras, gente que viene de visita y no llega...

Luces que visten absolutamente todas las calles de las ciudades. Luces que embellecen el paisaje con la contaminación lumínica, con el derroche de energía...ah no, espera, que ahora las bombillas son de bajo consumo, por ello se pone el doble de cantidad, no vaya a ser que, por casualidad, se respete algo esta Tierra.

La pobre música ahogada por el frío de ese acordeón, la misma de todo el año, la misma que nadie vio, la misma que hoy parece algo mejor. La misma del mismo que ayer murió y ni darnos cuenta... La misma que tantas veces a inundado la ciudad de buena voz pero íbamos corriendo, pensando en la hora, dándole vueltas al trabajo, con ganas de cenar... LA MISMA. (Oye, pero que ahora es Navidad)

Ese magnífico olor a castañas que venden niños mientras se calientan las manos en el fuego.
Esas largas colas en los comercios, esas largas colas de nuestra sociedad capitalista.



Los anuncias de esas bellas mujeres, elegantes, ricas, perfectas... o la excepción de este año con la famosa burbuja, donde por una vez una buena causa interfiere, aunque de paso ya recauda algo en exclusivas anunciándolo.

Ese Papa Noël de origen americano, o esos Reyes Magos de origen religioso que inventaron a partir de los pobres griegos, para sacar dinero y protagonismo.

Esas enormes cenas en las que se estipula un mínimo (ahora que estamos en crisis) de 130€ aprox. por cabeza. Esas enormes cenas donde se lleva al abuelo, ya que el resto del año no le hemos hecho ni una llamada para ver si necesitaba algo.

Esos pastores de 3 años que hacen obras de teatro en la iglesia, donde los padres consienten que se disfracen de algo que no entienden, como cuando aquel día decidieron bautizarlo, posiblemente siendo después este agua lo que le queme.
...y esos padres que son muy buenos por estas fechas. ...si pusiera la mitad de lo que he visto...,en fin. Estas fechas en las que la Iglesia recoge más donativos de esa gente que hasta el siguiente año no irá, y de esos abuelos que han ido para ver a sus nietos por el camino de la bondad, frente a Dios... Estas fechas en que reparten calendarios, bueno, venden calendarios, evangelios... sabemos ya, y no de ahora, que es un gran negocio el de esta Iglesia. Esos tiempos de recogidas de alimentos que tú, y sólo tú, llevarás junto a dinero del que algo pillarán, porque recordemos que sobre ellos no hay ningún control.

Y llegará la noche vieja para hacer los propósitos que volveremos a romper, posiblemente, o los propósitos que sólo nos proponemos en ese día, los demás no son Navidad.
Y será una gala alucinante, millones y millones de personas con las televisiones encendidas viendo a esa vergüenza, como la princesa de la tele. Curioso para aquellos que no creemos en princesas, ni en gente que se hace llamar periodista. Esa vergüenza que grita para conseguir aplausos, sin ningún tipo de fundamento, sin ningún tipo de educación, sin ningún tipo de derecho...

Y...felices fiestas.