me ha vetado algunas calles
por las que volvía a casa.
Tengo miedo a que aparezcas
y a pasar sin que me veas.
Tu recuerdo me ha vetado
aquel restaurante nuestro
y sitios por descubrir.
Tengo miedo de saber
y no saber de ti.
Tengo miedo
de que el miedo
no se vaya
y esperar
eternamente nada.
de que el miedo
no se vaya
y esperar
eternamente nada.
En cualquier caso,
te pienso y estoy a salvo,
te encuentro deambulando
en un descuidado cuerpo
que aún responde a tu mandato.
Este miedo se me irá,
como cualquier miedo hace,
en cuanto encuentre el momento
que alguien llene sin buscarte
como ahora estoy haciendo.