con tanto viento y tanta guerra;
con tanto odio y con tantas pruebas;
su poca tregua y tus muchas quejas.
Hicisteis vida de algo marchito,
cavasteis hoyos al infinito.
Durasteis lo que un pez en morirse,
lo que el niño en aceptarlo.
Calma, calma. ...y un gran salto
que no detiene el verano,
que ya no mantiene esas manos
heladas por llantos.