lunes, 7 de marzo de 2016

El mar no deja de traernos muertos

En media cáscara de nuez aguarda Caronte
la llegada de esos cuerpos y las instrucciones
que las Moiras tejan en el viaje.

Muy despacio por el fúnebre líquido,
almas unidas por el miedo, el desconcierto,
van buscando un nuevo sinsentido.

Son tan solo pulsos que les ha echado la vida
movidos por el pulso de quien aún sigue latiendo.
...y es difícil seguir cuando los tuyos van muriendo.

La cáscara a veces porta el peso inútil de algún hijo
que ya nunca más dirá "mamá",
que despierta incluso las conciencias que no existieron jamás.

Mientras yo escribo en esta silla estable,
ellos en el mar convulso buscan vida
mirando al fondo, con la luna en las fijas pupilas.

Espero, de verdad,
seguir con la mente intranquila y pensando que es una mierda la vida,
antes que olvidar sus historias cuando no las cuenten las noticias.