sábado, 15 de octubre de 2016

Una vida sin ti

Tú que me invitaste a irme,
que me programaste, sin previo aviso,
una vida sin ti.

Tú que miraste lo importante,
serte fiel y ser feliz,
me encaminaste a mí.

Me encaminaste a esa laguna,
a ese oasis que va tomando forma
a base de mucho tiempo.

Un tiempo del que dispongo a exceso,
pero que no encontraba,
pero que no acababa.

Un tiempo tan largo
como haber nacido y
tener veinte años mal llevados,

de golpe y con prisa para
analizarlos en solo un rato:
el rato que duraste en despedirte.

Un rato que aún busco,
no para olvidarte,
desisto,

sino para encontrarte
la lógica de lo que no lo tiene,
de lo que no te duele.

Te recuerdo, por si has olvidado,
que no sigo razonamientos
más allá del verso,

que los número no son lo mío
y que cuanto más aprendo,
más ignorante me veo.

Te recuerdo.
Eso es todo.
No es malo y no es bueno.